Érase una ciudad donde los humanos eran las mascotas de los animales y se los castraba para evitar se reproduzcan en demasía.
Los perros los controlaban para que no cometan ningún delito, los gatos escaneaban los de mala vibra, los loros alertaban sobre malas conductas ambientales y así cada humano era vigilado de mantener en orden la seguridad de la ciudad
La convivencia era respetuosa y pacífica porque cada uno sabía su deber y contribuía al orden social.
Los humanos rebeldes eran desterrados y abandonados en las ciudades donde los delitos y asesinatos eran lo habitual.
Marcela Barrientos 04-04-2023
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Argentina
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