Parafraseando a la letra de Cambalache , que es casi un oráculo, "...pero que el siglo veinte es un despliegue / de maldad insolente ya no hay quien lo niegue/ vivimos revolcados en un merengue./ Y, en el mismo lodo, todos manoseados".
Ante esta triste situación la idea de familia ya viene declinando, sin importar si es tradicional o new age por lo que tenemos cada vez más menores expuestos a caer en las redes de narcotraficantes, estos señores que le perdieron el respeto a la vida misma en afán de sus negocios.
He aquí uno de esos señores que maneja un grupo de adeptos y con cierto renombre que lo hace impune a la policía y a la justicia , a la que es vox populi ya las tiene compradas.
Sus convicciones son solo satisfacer sus propias necesidades, no le importa el costo ni quien caiga porque incluso ya posee gente armada que lo defiende. Y en definitiva él tendría en teoría su espalda cubierta.
Sin embargo suele pasar " ...que a Seguro lo lleven preso", que es lo que le pasó a nuestro protagonista cuando hubo un cambio dentro de la policía y el que lo cubría fue dado de baja y no le dio tiempo a ejercer sus influencias, llámense coimas y otras regalías con el nuevo reemplazo.
Todos conocían su modo operandi y su zona de influencia por lo que tender una cama sorpresa fue relativamente sencillo.
Con la denuncia de una vecina, que había perdido un nieto a causa de sus adicciones y que estaba cansada de convivir con el delincuente, la policía lo arresta con mucha evidencia en mano.
Los medios de comunicaciones aportaron lo suyo y en menos de una semana estaba detenido en una cárcel de máxima seguridad, o al menos eso lo es para los presos comunes, no los llamados " V
l.P." que se encargan de tener una vida casi normal con muchas comodidades y más derechos humanos que los que estamos fuera de prisión por ser ciudadanos libres de delitos, que entre nosotros eso no suele estar bien visto en la actualidad.
Estar detenido como expliqué no es sinónimo de estar aislado y aunque los primeros dos meses la incomunicación fue concreta y eficiente, lo que alteró un poco al delincuente, con el tiempo pudo encontrar a alguien que le sirvió de ayuda para sus propósitos de seguir con sus fechorías
De hecho el negocio nunca cerró, en estos grupos suele haber una organización más o menos firme que ampara una eventual detención del cabecilla.
Lo cierto es que este mafioso consiguió burlar a la policía y conseguir un celular desde donde pudo continuar con su comercio ilegal de estupefaciente.
Un día se enteró que habían matado a tres soldaditos, chicos que son captados para cuidar el búnker y vender " merca", noticia que no lo afectó en lo más mínimo, porque de hecho no era una relación personal, tal vez ni conocía sus nombres.
Esto es lo realmente triste, el poco valor de la vida. El lavado de cabeza de muchos jóvenes que sin familias estables o con ellas pero como los padres ya no pueden tener autoridad sobre los menores que crecen imitando ídolos de barro o influencers que te invitan a no hacer caso más que a lo que tengas ganas de hacer, porque es tu vida.
Vida que se la toman como un videojuego, con la diferencia que no tenes vidas de recambio.
Esto no afecta a los que negocian con las vidas ajenas, ni a los que deberían velar para que no existan más
" Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor/ ignorante, sabio, chorro, pretensioso, estafador..."
Marcela Barrientos 27/03/2023
D.R.A.
Argentina
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