En voz baja
Cuando me pidieron
que escriba algo sobre ti
pensé que más puedo decir.
Sentía que ya había aportado
lo suficiente como para repetirme.
Y fue en ese preciso momento
que una brisa cálida y sutil de verano
insistió en voz baja a que tomara un lápiz.
Y obedecí y heme aquí escribiendo
abogando por tus justos reclamos
percibí que me susurrabas agónica
repitiendo: " no es en el dos mil treinta
es ahora, es hoy, es en donde estés,
no quiero más plástico cubriéndome,
necesito que me dejen respirar en la selva,
que me dejen cantar con mis pájaros,
que me permitan vivir para seguir siendo útil".
Te vi llorar enfurecida y gritar en sismos,
te estás quejando ahora en mí propia piel
que se achicharra a cuarenta grados
porque no supimos ni quisimos
ponerle fin a lo que sabemos te perjudica.
En voz baja y casi agónica me recuerdas
que nada es posible para la humanidad
si no te cuidamos desde el compromiso.
La brisa sigue, cálida y se oyen trinos
mientras unas flores amarillas perfuma el aire.
Marcela Barrientos 15/03/2023
Derechos de autora Reservados
Argentina
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