Cerebros perezosos
La humanidad está dejando todo en manos de la inteligencia artificial. La deshumanización de la humanidad está creciendo a pasos agigantados. Tanto es así que la educación escolar está perdiendo mucho de lo que era contenido obligatorio antaño.
Como representante de tal vez una de las últimas generaciones donde se los enseñaba a pensar y razonar veo en los jóvenes e incluso en los maestros una pereza intelectual que me da un poco de desesperanza en las generaciones futuras.
Los adelantos tecnológicos, como cualquier ideología llevada a extremos, puede resultar peligrosa.
No entiendo por qué nuestros niños no entienden simples preguntas ni conocen de historia o lugares geográficos. Les da lo mismo saber hacer una cuenta determinada. La apatía, el desinterés y todas las nuevas enfermedades sociales de origen neurológico me hacen dudar sobre si los avances son realmente para el bien de los niños.
Hoy resulta que debemos enseñar inteligencia emocional para que podamos entender nuestras propias emociones y todo aquello que se logró como conquista de la educación está siendo seriamente cuestionado.
Quieren quitar el modo de evaluación de nuestros niños, cualquier mala nota es sinónimo de estigmatización y aunque no haya entendido los contenidos básicos son promocionados de igual manera.
La escuela está perdiendo su nivel formador de ciudadanos útiles más aún cuando de los propios gobiernos tienen orden de bajarlo pues todos deben pasar de año sin ser evaluados correctamente.
No conocen la escritura en cursiva ni las cuatro operaciones básicas y ahí yo me recuerdo a mi padre que debió dejar la escuela a los ocho años en la década del 30 porque tenía que trabajar para ayudar a la economía familiar y aun así sabía leer, escribir y las operaciones fundamentales.
Era un orgullo para los maestros que sus alumnos aprendieran y no estaba mal visto recursar un año si no se lograba el objetivo correspondiente.
Muchas personas como mi padre se quedaron con las ganas de seguir estudiando por lo que como padres se esforzaron para que a sus hijos no les pase lo mismo.
Una humanidad perezosa donde un corte de energía los paraliza porque no sabe resolver nada en forma manual ni lograr divertirse con los juegos de mesa por dar un ejemplo ya que todo lo tenemos encapsulado en un celular.
Los emojis son nuestras nuevas palabras. Tal vez pronto se harán libros con emojis, una forma de volver a la escritura jeroglífica donde debamos aprender a interpretar símbolos.
Tal vez involucionar es evolucionar y esas películas futuristas de hombres viviendo en un submundo, debajo de la tierra mientras otros solo aprietan botones y hacen viajes espaciales con un animal que nos habla o hasta es un líder importante sea el mundo del futuro ya no como ciencia ficción sino como la más triste realidad en que nos estamos convirtiendo.
La robotización de la vida diaria creó una dependencia que me asusta. La curiosidad del niño hoy se resume en un aparato que casi le resuelve la vida aún ante el peligro de caer en redes malsanas o en el endiosamiento de creer que un navegador lo sabe todo mientras nosotros vivimos en automático satisfaciendo instintos básicos de supervivencia.
El papel de la escuela en muchos casos pasó a ser un lugar de contención sin estar preparados muchos docentes para esa tarea.
Cuando los roles sociales están distorsionados el Estado cubre agujeros en donde antes estaba una familia.
Me siento perdida en esta nueva manera de vivir la vida y prefiero conservar mis recuerdos de estudiante ávida de conocer y capaz de entender consignas, ésas que ahora se cuestionan mientras un niño de ocho años intenta aprender a leer y escribir en su tercer año escolar.
Como padres y adultos responsables deberíamos jugar un rol activo en esta depreciación de lo puramente humano.
Bueno en fin los dejo voy a intentar que una máquina atienda mí llamada y me resuelva un inconveniente discando varios dígitos, entre ellos casi todos mis datos personales que la supuesta política de privacidad se encarga de repartir a una base de datos que sabe más de mí vida que yo misma.
Marcela Barrientos 13/03/2023
País: Argentina
0 comentarios:
Publicar un comentario