Mi ciudad tenía un arroyo contaminado por las fábricas que tiraban sus desechos en él.
Muchos políticos prometieron su saneamiento, pero nunca cumplieron, por el contrario la solución era entubarlo y hacerlo calle para el tránsito.
Pero hubo un buen vecino que se recibió de bioquímico y logró hacer realidad su proyecto de recuperar las aguas y hacerlo útil para el barrio.
En el 2100 logramos que nuestro arroyo renaciera y pudimos tener peces y reforestar con plantas autóctonas.
Volvimos a sentir la belleza de una fuente natural de agua para las nuevas generaciones.
Marcela Barrientos 05-04-2023
Derechos de Autora Reservados
Argentina
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